Como indica el Hospital Clinic de Barcelona, “la adicción a Internet aún no está reconocida como un trastorno psiquiátrico y, por lo tanto, no se incluye en el manual que se utiliza para diagnosticar los trastornos mentales (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales o DSM)”
Sin embargo, es importante detectar si nuestro hijo o hija está haciendo un uso problemático de Internet para que en el caso de que así sea, pueda ser evaluado/a por un profesional de la salud mental.
Algunos signos de uso problemático de internet en adolescentes son los siguientes:
En el caso de que tengas sospecha de que tu hijo o hija pueda tener algún principio de adicción comportamental (las que no conllevan consumo de sustancias), como son las nuevas tecnologías, el sexo o el juego, debes consultar con el Pediatra, o Médico de Atención Primaria si es mayor de 16 años, para que te indique cómo proceder.
En Madrid, existe el Centro AdCom adscrito al Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón. Es el primer centro público que trata las adicciones comportamentales. En su página puedes encontrar información muy útil al respecto y la posibilidad de solicitar una cita, sin pasar antes por el Médico de Atención Primaria, y siempre que seas residente de esta Comunidad Autónoma.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el suicidio es una de las primeras causas de muerte entre adolescentes. No todos los adolescentes llegan a tener una ideación suicida, pero si se da el caso, es bueno tener en cuenta determinadas cuestiones.
La fundación ANAR nos ayuda con esta dolorosa problemática.
Ante cualquier signo de que tu hijo o hija pueda estar teniendo una ideación suicida, es muy importante tomarlo en serio y dejar que se exprese libremente ofreciéndole una respuesta empática y comprensiva.
Es necesario encontrar momentos de serenidad donde el menor pueda hablar en confianza para validar sus emociones y buscar lo antes posible ayuda psicológica por parte de un profesional.
Según el informe de Save the Children, Informe (Des)información sexual: pornografía y adolescencia: casi 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía, a la que acceden por primera vez a los 12 años.
El porno no debería ser, en ningún caso, la fuente de educación afectivo sexual de niños y adolescentes.
La educación sexual es un aspecto central del ser humano que debe ser abordado en el hogar. Es fundamental crear un ambiente de confianza y comunicación abierta donde los hijos se sientan cómodos para hablar sobre sus dudas y experiencias.
La fundación ANAR ofrece recomendaciones para la educación sexual en los hogares.
SI CREES QUE TU HIJO O HIJA HA SIDO VÍCTIMA DE CUALQUIER TIPO DE VIOLENCIA ONLINE CONSULTA EL APARTADO DE LINEAS DE AYUDA DE ESTA WEB
fundaciónSOL
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